Padre Eterno:
Te alabamos porque creaste con amor este planeta y pusiste al ser humano para cuidarlo y cultivarlo, como un buen mayordomo. Te damos gracias por habernos dado un continente tan lleno de riquezas minerales, forestales, animales, con una rica y bella geografía, apta para la vida y nuestra multiplicación. Te adoramos porque sólo un Padre amoroso y creativo como Tú, pudo preparar un hábitat tan hermoso para que lo habitáramos. Recibe toda gloria, pues además nos diste las capacidades, la inteligencia, la fuerza y la lengua para para cultivar nuestra América.
¡Oh, Buen Dios Todopoderoso, "lento para la ira y grande en misericordias"! te pedimos perdón porque hemos sido negligentes en multiplicar los talentos y prosperar la porción que nos entregaste para administrar; te pedimos perdón porque no hemos sabido hacer justicia en nuestras naciones; porque nos hemos dividido, separado y hecho la guerra, porque no siempre hemos buscado la unidad, como naciones ni como Iglesia.
Una vez más, Señor, perdónanos y envía una lluvia de bendiciones a Tu pueblo; queremos despertar de nuestro letargo como Iglesia, hacer Tu voluntad y vivir el amor genuino que nos demanda Tu Palabra, para impactar al mundo, la sociedad en que estamos insertos, con la luz de Tu Evangelio y el carácter de la Persona de Jesucristo, reflejado en nuestras vidas. ¡Señor: envía un nuevo Pentecostés a Tu Iglesia en Latinoamérica y que América sea para Tu Hijo Jesucristo!
Te lo imploramos por los méritos de Aquél que dio Su vida en la cruz del Calvario, por esta humanidad caída. Amén.
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